En un intento por ser más predecible y transmitir una comunicación clara sobre su enfoque futuro, el Banco Central Europeo (BCE) y su política monetaria,  ha mantenido a los mercados en vilo durante el último año. Sin embargo, ahora, mientras nos adentramos en el receso estival, los inversores se encuentran ávidos de novedades que les permitan vislumbrar el rumbo próximo. No obstante, Christine Lagarde, presidenta del BCE, ha guardado silencio, ya que, según fuentes internas, la decisión sobre la política monetaria sigue completamente abierta.

«Ahora no estamos bajo el dominio del ‘forward guidance’, sino centrados en la determinación del objetivo y decidiremos en cada punto de tiempo respecto a las nuevas lecturas de inflación y demás datos que nos permitan entender», afirmó la francesa de manera concluyente.

Este enfoque deja a los analistas en un estado de alerta, ya que deberán prestar atención a una amplia gama de datos. Cuando se le preguntó a Lagarde sobre qué datos exactamente, ella respondió: «A todos los datos». Además de observar las lecturas de inflación y su comportamiento sostenible, el BCE también se enfocará en los precios de los servicios, la energía y los pronósticos de inflación para 2024 y 2025, así como en los datos de inversión y masa monetaria, entre otros parámetros relevantes.

Otro criterio que pesará en la toma de decisiones será la eficiencia en la transmisión de la política monetaria del BCE. «Estamos viendo que empieza a tener impacto, lo vemos en la concesión de crédito, lo que anticipan los bancos y ahí está claro que marcha bien, pero también nos importa la transmisión a la economía y su eficiencia y ahora estamos empezando a ver que se materializa en el ámbito de las inversiones, por ejemplo en el sector de la construcción lo estamos viendo fuerte», diagnosticó Lagarde.

Este impacto ha despertado ciertos temores en la mayor economía de la Eurozona, Alemania, que ha entrado en recesión técnica y enfrenta una preocupante falta de inversiones. Sin embargo, Lagarde ha dejado en claro que no dudará en tomar las decisiones necesarias: «No es ninguna sorpresa que la política monetaria se esté transmitiendo, que haya menos créditos e inversiones, es el efecto esperado».

La reciente decisión de incrementar las tasas de interés también ha tenido implicaciones para los bancos, que ahora pagarán más al pedir prestado en las subastas semanales del BCE. La tasa se ha situado en el 4,25%, mientras que los préstamos diarios aumentarán al 4,50%, desde el 4,25% anterior. Aunque el sistema bancario todavía se encuentra inundado de efectivo debido a una década de estímulos monetarios por parte del BCE, los datos recientes muestran una significativa restricción en los préstamos a las empresas, que han alcanzado niveles no vistos desde 2003.

Consciente de las tensiones que las decisiones de política monetaria imponen sobre la economía europea, Lagarde se ha resistido a adoptar un tono triunfalista. Aunque reconoce que ha habido progresos y que la inflación ha disminuido desde octubre, deja claro que aún no es suficiente para alcanzar el objetivo del 2% establecido por el BCE. La presidenta subraya que los ciudadanos siguen sintiendo la diferencia en sus compras cotidianas y al pagar las facturas de servicios como el gas.

En consecuencia, aunque el BCE está avanzando en su lucha contra la inflación, queda un largo camino por recorrer. Los próximos datos y su interpretación serán cruciales para guiar las decisiones futuras del banco central. Mientras tanto, los mercados permanecerán expectantes, conscientes de que cualquier movimiento del BCE podría tener un impacto significativo en la economía global.

Referencias

Finanzas corporativas en línea | Asesoramiento en finanzas corporativas | Harvard Business Review