La inflación, impulsada por el aumento de los precios de las materias primas, especialmente los recursos energéticos como el petróleo y el gas, tuvo su origen en 2021, lo que llevó a los bancos centrales a aumentar rápidamente las tasas de interés. La crisis actual persiste a nivel mundial. Los bancos centrales están cerca de finalizar las subidas de tasas, reduciendo la inflación en la Eurozona del 10.6% al 5.3%, aunque aún por encima del objetivo del 2%. Si la inflación resurge, los bancos centrales podrían aumentar aún más las tasas, lo que podría causar turbulencias en los mercados. Los precios de las materias primas, que contribuyeron a la deflación a través de comparaciones anuales, podrían nuevamente impulsar la inflación, representando una amenaza significativa para los mercados y los rendimientos de los bonos.
Los expertos advierten sobre el cambio en el efecto base de la inflación. El analista Pablo Duarte señala que los mercados optimistas esperan que la inflación alcance su punto máximo, pero advierte que el mismo efecto base que redujo la inflación interanual en la primera mitad del año podría aumentarla en la segunda mitad. La complacencia es peligrosa, lo que lleva a los bancos centrales a evitar comprometerse con estrategias específicas.
¿Cuándo comenzará a aumentar la inflación? Utilizando el índice de materias primas de Bloomberg, los precios actuales sugieren meses de alivio deflacionario antes de una posible inflación. El cambio está cerca; los precios de las materias primas podrían impulsar la inflación en marzo del próximo año, ya que superarían los niveles de marzo de 2023. Es importante destacar que un aumento del 8.5% para octubre ya contribuiría al crecimiento de la inflación.
El petróleo, una materia prima clave, influye en los precios globales. La situación del crudo Brent refleja la cesta de Bloomberg, aún deflacionaria alrededor de $85, en comparación con los $105 de julio de 2022. Sin embargo, el efecto base cambiará pronto. El Brent podría impulsar la inflación para diciembre. Los bancos centrales esperan un petróleo estable en 2024 para prevenir la inflación pasada.
Esto depende de las decisiones de los principales productores de petróleo. La OPEP+ continúa reduciendo la oferta, aumentando los precios en $10 desde mayo. Su estrategia moldea los precios del petróleo y, en consecuencia, la futura inflación.