La naturaleza, ya de por sí volátil de las criptomonedas, se ha visto afectado por el reciente colapso de una de sus principales plataformas, lo que pone de relieve los riesgos que conllevan las criptomonedas sin protecciones básicas.

Estas pérdidas se suman a un período ya complicado para los criptoactivos, cuyo valor de mercado ha perdido billones de dólares. El bitcoin, por ejemplo, ha perdido casi dos tercios de su valor máximo alcanzado a finales de 2021, lo que ha hecho perder dinero a casi tres cuartas partes de los inversionistas, según un análisis publicado por el Banco de Pagos Internacionales en noviembre.

En épocas de tensión, hemos presenciado colapsos de mercado de las criptomonedas estables, los fondos de inversión libre (hedge funds) centrados en criptoactivos y las bolsas de criptomonedas, lo cual, a su vez, ha planteado graves dudas acerca de la integridad de estos mercados y la protección de los usuarios. Además, como los vínculos con el sistema financiero central son cada vez más grandes y profundos, también podrían surgir inquietudes acerca del riesgo sistémico y la estabilidad financiera en el futuro cercano.

La regulación y supervisión financiera más estrictas, junto con el desarrollo de normas internacionales, pueden ayudar a resolver muchas de las dudas que plantean los criptoactivos.

Muchos de estos problemas pueden resolverse con la aplicación sistemática de regulaciones y normas internacionales por parte de las autoridades reguladoras nacionales.

Bitcoin criptomonedas

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En este contexto de graves perturbaciones y trastornos en muchos segmentos del mercado de criptoactivos, y de repetidos ciclos de auge y caída en el ecosistema de esta clase de activos digitales, resulta especialmente oportuna la publicación de dos informes del FMI sobre la regulación del ecosistema de criptoactivos.

Estos informes abordan las cuestiones mencionadas anteriormente desde dos planos distintos: en primer lugar, un enfoque amplio con un análisis de las principales entidades encargadas de llevar a cabo las funciones más importantes del sector, y en segundo lugar, un enfoque específico en las monedas estables y los acuerdos relacionados.

Las criptomonedas, incluidas las stablecoins, todavía no representan un riesgo para el sistema financiero mundial, pero sí afectan ya considerablemente a algunas economías de mercados emergentes y en desarrollo. En algunos de estos países se observan importantes tenencias minoristas de criptoactivos, así como una abundante sustitución de monedas a través de estos, principalmente monedas estables denominadas en dólares.

Esto ha llevado a una “criptoización” en algunos lugares, donde los criptoactivos están reemplazando a la moneda y a otros activos nacionales, evadiendo las restricciones cambiarias y de control de capitales.

Este cambio en la preferencia por los criptoactivos podría resultar en una pérdida de soberanía monetaria y en la salida de capitales, lo que plantea nuevos desafíos para las autoridades reguladoras. Para abordar las causas subyacentes de la criptoización, las autoridades deben trabajar para generar mayor confianza en las políticas económicas, las monedas y los sistemas bancarios nacionales.

Además, las economías avanzadas también son vulnerables a los riesgos de estabilidad financiera derivados de las criptomonedas, ya que los inversores institucionales han incrementado su tenencia de monedas estables en busca de mayores rendimientos en un entorno de tasas de interés reducidas. Por lo tanto, es importante que las autoridades reguladoras aborden los riesgos derivados de las criptomonedas con urgencia, pero sin sofocar la innovación.

Para este fin, hemos formulado cinco recomendaciones fundamentales sobre la regulación del ecosistema de criptoactivos en dos notas de tecnofinanzas: “Regulating the Crypto Ecosystem: The Case of Unbacked Crypto Assets” (sobre criptoactivos no respaldados) y “Regulating the Crypto Ecosystem: The Case of Stablecoins and Arrangements” (sobre monedas estables y sus mecanismos), ambas publicadas en septiembre.

En resumen, se considera que los proveedores de servicios de criptomonedas deben estar debidamente registrados y autorizados, y cumplir con normas similares a las que rigen los proveedores de servicios financieros tradicionales. Es importante que los activos de los clientes estén segregados y aislados de otras funciones. Las entidades que realizan múltiples funciones deben estar sujetas a requisitos prudenciales adicionales, y se deben introducir prohibiciones en caso de conflictos de intereses. Los emisores de monedas estables también deben estar sujetos a requisitos prudenciales estrictos.

Las instituciones financieras reguladas deben cumplir con requisitos claros en relación con sus exposiciones y actividades con criptoactivos, y se deben aclarar los requisitos para abordar los riesgos derivados de la custodia. A medida que evolucionan los criptoactivos, se necesita una regulación y supervisión sólida y sistemática a escala mundial para abordar los riesgos para los usuarios y el sistema financiero.

Aunque la adopción de prohibiciones generalizadas puede ser desproporcionada, las restricciones focalizadas pueden ser efectivas siempre y cuando la capacidad reguladora sea adecuada. La elaboración de normas internacionales lleva tiempo, pero el Consejo de Estabilidad Financiera ha proporcionado recomendaciones útiles. El FMI seguirá trabajando con organismos internacionales y países miembros para ayudar a las principales autoridades en este ámbito a atender mejor tanto a los usuarios individuales como al sistema financiero mundial.